"Mi" sentido de vida

28.05.2025

En este corto artículo de opinión, expongo lo fundamental que es fundamental pensarnos el sentido de nuestras vidas más allá de la propiedad y lo individual. Es un cuestionamiento que pretende abrir discusiones y preguntas. ¿Será que existe algo llamao "Mi" sentido de vida? Averigüémoslo.

¿"Mi" sentido de vida?

Cuando se nombra o se refiere en la cotidianidad al sentido de la vida, tienden a pensarlo como un hallazgo que tengo que hacer para encontrar "Mi" sentido de vida. Es decir, que estaría al nivel de encontrarse una moneda por la calle que se vuelve "mía" o en comprar cualquier producto en cualquier almacén o tienda y que se vuelva "mío". La pregunta y cuestión que les traigo es: ¿Realmente podemos tener/ser dueños de un sentido de vida? Para mi no, y paso a desarrollar el por qué, y más importante aún -siguiendo una línea frankliana del sentido- el para qué. 

El sentido de la vida no es algo, no es una cosa que puedo poseer. Eso es una farsa capitalista que todo lo quiere volver mercancía, hasta la dirección de nuestra existencia (sí, nuestra porque la vida es compartida), por ende su propuesta, replicada una y otra vez, -tergiversando al existencialismo y la logoterapia- es que el sentido de vida es algo propio, algo de lo que soy dueño y es privado, es mío, mío, solito mío y de nadie más; y que como es de mi propiedad, yo tengo TODA la responsabilidad sobre este y además lo puedo comprar en libros, posts, terapias o cualquier otro medio o servicio que consuma.

Pero queridxs, el sentido de vida es incomprable. No es "algo", no es objetivable y por ende no es factible como mercancía, así el discurso del capitalismo tardío o incluso -atreviéndome a traer a Segato (2016)- del capitalismo apocalíptico, quiera demostrar que sí. El sentido de nuestra existencia es una dirección de la vida, que se asume como una apuesta por vivir, desde el yo, por supuesto, pero en relación e imbricación constante con un nosotros. Es decir que el sentido de vida es un entregarse al mundo. La potencialidad del ser que existe, se constituye en vincularse y el vínculo siempre es con otrxs, por lo que el sentido de nuestras vidas es comunitario, no individual. Encontrarme con otrx, entregar mi vida, mi talento, mi tiempo, mis respiros, mis caricias, mi cuerpo, mis ojos, mi arte, mis palabras, mis cuidados, mi ternura, en fin, todo mi existir a lxs otrxs es lo que daría sentido a la vida, nuestras vidas. Es lo que posibilita develar, quitar el velo del sinsentido de la vida -como ya bien lo habrá dicho Viktor Frankl- y comenzar a existir con y hacia un propósito común.

Encontrarme con otrx, entregar mi vida, mi talento, mi tiempo, mis respiros, mis caricias, mi cuerpo, mis ojos, mi arte, mis palabras, mis cuidados, mi ternura, en fin, todo mi existir a lxs otrxs es lo que daría sentido a la vida, nuestras vidas

El sentido de vida entonces, nos pone así en dos lugares (quizá más, pero subrayo estos dos): 1) Es colectivo, solamente lo podemos construir despojándonos de la ficcionalidad hiperindividualista o atomista del yo, para encontrarnos en comunidades, parejas, triejas, redes afectivas, en fin, todo aquello que implica una comunalidad. 2) Es una responsabilidad personal del sujeto relacional. Yo encuentro un sentido a mi existir y me responsabilizo de este en dirección a otrxs. Soy responsable de mi existir y lo que hago con mi existir hacia otrxs, porque todo lo que haga en mi[1] vida repercute en otrxs y en mi persona.

Somos seres interconcetados, nunca lo olvidemos.



[1] Sí, aquí es mi vida, porque no estamos despojando de agencia al que existe, sino dejando a un lado la propiedad privada como eje de comprensión. Se asume la propia vida como único aspecto que tenemos del orden de lo privado.